Desde hace años, he tenido mala suerte con los sistemas de suspensión de sistema e hibernación. En mi época Windows (que casi todos hemos tenido), casi nunca suspendía el sistema, sobre todo porque, luego no espabilaba, vamos que, unas veces se quedaba el sistema dormido y no respondía, y otras veces parecía que volvía a responder pero no terminaba de encender. El gran problema era que pasara lo que pasara no podía monitorizar el problema, ni arreglarlo, por mucho que investigué.… Leer artículo completo